jueves, 18 de marzo de 2010

Crack

[Algo que escribí una tarde muy oscura]

La rabia se desata, el llanto te ahoga.

Lloras.

Lloras.

Pero, shhhh, no han de oírte llorar o volverán.

No puedes huir, no puedes quedarte, tan solo puedes sufrir, en silencio.

La espalda te arde casi tanto como tus ojos teñidos de incandescente rojo.

Sientes como una porción de ti muere.

Ahora eres menos tú, el llanto te ha carcomido como el mar a la roca.

Duele.

Tengo frío.

He aprendido con cuanta rabia has de empujar a alguien para partir un cristal.

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