domingo, 25 de abril de 2010

Sin zapatos




Andar por el bosque descalza es una sensación extraña.
No es desagradable, pero tampoco es del todo agradable.

Respiras hondo y millones de partículas, las de las blancas nubes que se atisban en el cielo azul que se percibe tras la inmensa arboleda, las de miles de hojas que hay en el suelo, un ciervo que pasa fugaz a lo lejos, un pequeño caracol que se arrastra sobre un tronco caído, hace tiempo muerto....penetran en tu ser haciéndote partícipe de aquel lugar que rebosa vida por cada uno de sus poros y te sientes integrada como nunca en aquel ecosistema.

Los pájaros ululan y pían anunciando la noche que está al caer. Miras a tu alrededor, miras arriba, pero no los ves.


Suspiras, sujetas parte de tu vestido con ambas manos y comienzas a caminar con una especie de cautela, no quieres pincharte ni pisar nada baboso, las hojas crujen bajo tus dedos, tu paso es lento, vas mirando al suelo, para saber donde pisas.

Ya apenas hay luz pero afortunadamente te sabes el camino, cada piedra, cada árbol, caminas por instinto, ya casi has llegado, ya las ves.

Están allí, como siempre desde hace muchísimo tiempo, el ultimo tramo lo haces a trote y les sonríes, pero, de repente, te pones seria cuando te miran y recuerdas con que propósito has venido esta vez, tomas aire y te decides hablar.

-Chicas, esta es la última vez que vengo, lo dejo.

martes, 20 de abril de 2010

Eres




Eres lo que más quiero en este mundo, eso eres,
mi pensamiento más profundo, también eres,
tan sólo dime lo que hago, aquí me tienes.

Eres cuando despierto lo primero, eso eres,
lo que a mi vida le hace falta si no vienes,
lo único, preciosa, que mi mente habita hoy.

Qué más puedo decirte, tal vez puedo mentirte sin razón,
pero lo que hoy siento es que sin ti estoy muerto,
pues eres lo que más quiero en este mundo, eso eres.

Eres el tiempo que comparto, eso eres,
lo que la gente promete cuando se quiere
mi salvación, mi esperanza y mi fe.

Soy el que quererte quiere como nadie soy,
el que te llevaría el sustento día a día, día a día,
el que por ti daría la vida, ese soy.

Aquí estoy a tu lado y espero aquí sentado hasta el final.
No te has imaginado lo que por ti he esperado
pues eres lo que yo amo en este mundo, eso eres,
cada minuto en lo que pienso, eso eres,
lo que más cuido en este mundo, eso eres.

Café Tacuba

jueves, 15 de abril de 2010

Nana para un padre


[Una de las canciones mas bonitas que he oído nunca]

Que te alejó del sol
El sueño de vivir que a todos envenena.
Después de tanto amor, después de tanto dar,
irte sin una queja.

Después de tanto amor...

Diez gritos de dolor,
la fuerza y la pasión, la vida que nos besa.
Tan solo un gran amor
recuerdas al cantar, las noches que regresan,
después de tanta luz.

Ea, ea la ea, ea la ea, le piropea.
Ea, ea la ea, ea la ea, le piropea.
Te dormiré, te dormiré.

Te buscaré en el sur,
adonde juega el sol, y habita la alegría.
Descubriré el color
que tiene la canción de la melancolía.

Después de tanto amor...

Ea, ea la ea, ea la ea, le piropea.
Ea, ea la ea, ea la ea, le piropea.
Te dormiré, te dormiré.

domingo, 11 de abril de 2010

Imsomnio




Son incontables las noches que me despierto, normalmente sobresaltada sabiendo algo que no se.

Abro los ojos y, tras unos segundos de aturdimiento, me recuerdo a mi misma que estoy en mi habitación y que es "tal" dia de la semana.
Entonces, solo entonces, puedo volver a acurrucarme entre las sábanas y cerrar los ojos.

A veces, no me lo recuerdo bien, o simplemente no recuerdo lo que necesito recordar, y, cuando esto sucede, vuelvo a despertarme sobresaltada y aturdida. Intento entonces recordar algo que pueda servir para conformar mi inquietud, y, en contadas ocasiones, funciona.

Es una sensación extraña, como de que "eso" esta apunto de pasar, pero nunca pasa algo, nunca se de que se trata.

Cuando no son mis "intrigas matinales" son mi sueños.

Mis sueños son realmente terroríficos, no por ser pesadillas si no porque siempre me dicen algo y siempre tienen razón, aunque no quieras aceptarlo lo tienen.

No hablo de cosas esotéricas, hablo de que mi mente es lista y sabe que, a veces no tengo en cuenta cosas que debería, o simplemente, no quiero tenerlas en cuenta. El dilema es:

Una vez habiéndote hecho la tonta e ignorado ese tema en cuestión ¿ debería de prestarle atención cuando me lo vuelve a plantear mi cabeza o debería ignorarlo sin mas? Las consecuencias a esto último son terribles: remordimientos.

La conciencia no te deja en paz y tu desearías no ser consciente de aquello, desearías ser estúpida. La estupidez puede ser un don muy útil, sobretodo para obtener la felicidad, aunque si asumimos la verdad de que la felicidad como tal no existe...

Veréis, como aquel sabio dijo: "El destino de los seres humanos está hecho de momentos felices, toda vida los tiene, pero no de épocas felices", la felicidad es efímera porque solo se experimenta en determinados momentos. De ahí esa especie de "magia" que posee.
Si pudieramos experimentar la felicidad como una constante, acabaría perdiendo su valor porque la felicidad solo se percibe en contraste con la infelicidad.

Así, la alegría más refulgente se da cuando acabamos de salir de un abismo de tristezas, ambos sentimientos se complementan y necesitan, nadie ríe ni llora eternamente.

El principal motivo de estrés, insomnio, apatías, etc..hoy en día es la falsa creencia de que debemos de ser felices en cualquier momento, la gente tiene miedo a estar triste y hace cualquier cosa por evitarlo (psicólogos, fármacos y un sin fin de cosas que no son útiles para conseguís la "falsa felicidad").
En este mundo, no portar una sonrisa permanente, llorar, es motivo de vergüenza.

Nos guste o no, esto es una perspectiva falsa e infantil y como algún sabio nos enseñó, la felicidad solo se da a destellos y pretender alargarla apagan los únicos verdaderos puntos de luz que nos ayudan a continuar en el largo y tortuoso camino de la vida.


miércoles, 7 de abril de 2010

Romance Sonámbulo

[Romance Sonámbulo PATRICIA FERNÁNDEZ MIRANDA ]


Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.

*

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde…?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

*

Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

*

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

*

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

*

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

Federico García Lorca

Leona





[Quince hombres sobre el cofre del muerto.]
[La botella de ron.]
[La bebida y el diablo se llevaron el resto.]
[La botella de ron]

¡Que suenen los cañones!
¡Que explote la pólvora a borbotones!
¡Que suenen los cañones!
Que la tripulación se moje, se arroje a la batalla sin temores, se ganen las heridas con honores.

Estoy sudando como una perra pero caerá la noche,
y me colocaré en el punto de roce, aprovechando mi dote,
quitándome los topes, tu galiote, ¿ta'achicharrao?, y no poquitos salen a flote.
Lanzamos bombas, y nos tiran pelotes,
pañuelo amarrao, hierro al viento, desato mis rebotes.
El mal agüero desde arriba lanza azotes.
Se arrepentirán de conocer mi choque, mi golpe, mi estoque.
¿Y ésto que es? No tenéis ni zorra.
Tantos años navegando para acabar sin pena ni gloria,
tengo el timón que traza la trayectoria,
por mi madre que hoy se escucha el canto de victoria.

Esto es un ejército de piratería,
cuido mi tesoro como una leona a su cría.
Rodarán cabezas, al son de la melodía.
Corazón caliente, mente fría,
sablazo rotundo, ¡llega la piratería!

Y al frente la jivia que domina,
tengo un empaste de hierro para tu muelas podrías.

¡Soy pura desmesura en armonía!
Al lado de mi tesoro sois imitaciones de bisutería.

¿Que soy una tunante, una arpía?,
¿La María con la sangre hervía, con la garganta partia?
Poniendo tol mundo en batería, con más poder en las manos que toda la santería.

Una de piratas

lunes, 5 de abril de 2010

Agradecimiento a las truchas




Son muy curiosas las formas que tiene de sorprendente la vida.

Cualquier cosa, por muy increíble que te parezca, puede convertirse en tu meta a seguir y si miras bien en toda desgracia puedes encontrar donde agarrarte y seguir adelante.

Este fue mi caso, muté por completo todas mis expectativas, creencias e incluso costumbres, para adaptarme a la situación, y la meta que hace algunos años me hubiese parecido insólita o inadecuada, ahora es mi meta y mi mal opresor es mi férrea voluntad que me hace seguir remando en este oscuro y tempestuoso tránsito hacia el sol.

Ah mi sol, no es de oro si no de purpurina flotando en un mar de aceite, a veces se esconde y me asusto, pero me agarro a los remos y empujo el agua con toda la fuerza que soy capaz, se que llegare, pues mi barca es pequeña y dura como el diamante.

Hubo un tiempo donde las truchas me convencieron de adorar a un sol diferente, era de oro líquido, pero como cualquier metal, era frío, este sol también era tan bueno como el mio, hasta descubrí la trampa.
Las truchas planeaban aprovecharse de los rayos que, mientras tenia el sol en mi barca, bañasen el lago e hiciesen resplandecer sus escamas.

Las truchas se confiaron, pensaron que yo atraería a aquel sol sin pensármelo.

Jamás te fíes de los peces, son traicioneros y cambiantes como las corrientes.

Entonces decidí dejar de remar, gran error por mi parte, debía de haber seguido remando, hacia otro sol diferente, las truchas se enfadaron, agitaron el agua e intentaron que volcase, el agua, agitada, provocó las tormentas, casi era imposible remar, pensé en lanzarme a la mar y ser devorada por las truchas.

Y una noche lo vi.

Mi sol, la purpurina centelleaba y flotaba graciosamente en aquella burbuja hecha con aceite, y, entonces, todo se esclareció, no la tormenta ni las truchas, ellas seguían en su frustración, si no mi ser, mi sol me inspiro, era tan sencillo...y no me había dado cuenta hasta entonces, cuan torpe era..

Lo único que tenía que hacer era cerrar los ojos e imaginarme que todo mi dolor era una pelota de luz blanca que centelleaba por mi cuerpo, entonces dividí esa pelota en dos y la lleve a ambas manos.
¡Aquello era maravilloso! Podía mover los remos a pesar de la tormenta, maravillada, seguí guardándome toda aquella tempestad y canalizándola hasta los remos.

Reme, reme, reme...hoy casi puedo tocar a mi sol, me sonrie y me guiña, sabe que estoy deseando de llegar.

Doy gracias a las truchas por ser tan estúpidas y hacerme cambiar de parecer, cambiando así de un sol dorado y frío a uno centelleante y cálido.
De verdad, gracias, seguid danzando que yo seguiré remando.

domingo, 4 de abril de 2010

Recuerdos




"Niña tienes la mirada vieja, que sepas que lo sé". Tras esto sonrió, con esa típica risita suya.

Esa fue la última vez que hable con él, eso fue lo último que me dijo. Una semana después enfermó de nuevo y varios días después murió.

Solo lo visité una vez en el hospital, pero ya no era el, ya no me podía contestar.

A veces intento reproducir su risita en mi cabeza, pero me parece tan falsa.....le falta algo...tras eso me miro al espejo, y me quedo horas mirándome a los ojos, buscando que vio, que supo...pero no doy con la respuesta, entonces se me ocurre la estúpida idea de que, si reproduzco su risita a la vez que me miro daré en el clavo y nada, vuelvo a quedarme con la intriga.

Han pasado tres años desde que me dijo aquello, casi tres años, no recuerdo la fecha exacta y siempre que me acuerdo de él recuerdo aquella frase y, durante unos instantes me quedo pensativa para después abandonar resignada.

Hoy me acordé de él, ¿el motivo? una pequeña bolsa blanca, descosida, recuerdo cuando se descosió, el estaba allí, podría decirse que fue su culpa por lo que se rompió, me dijo "ábrela o no te echaré nada", el hilo cedió y el asa se descosió. Justo después del flashback, como por costumbre, he ido al baño, y me he vuelto a mirar a los ojos, pero sigo sin entender por qué dijo eso y qué fue lo que vió.

Me temo que nunca lo sabré.